25/8/10

LA AUNTENTICA BELLEZA




¿Por qué, Spankee, sumisa, esclava o vainilla, la mujer siempre tiene que hacer malabarismos para trabajar, hacer tareas en casa y a la vez, estar guapísima, sino, no es “perfecta”?
¿A qué mente insana, estúpida y despótica, se le ha ocurrido tamaña estupidez?
Seamos realistas: no es lo mismo, haber quedado con tu Dominante, el día tal, a la hora tal, del mes tal y así poder estar “monísima”, que vivir con él y estar “monísima” cuando, por ejemplo, llegas acalorada de tu trabajo, después de, haber estado doce horas sin parar y para llegar a tu casa, haber pasado por dos horas más de trafico infernal, o cuando te levantas por las mañanas con el tiempo justo y ves esos pelillos que empiezan a despuntar y que no tienes tiempo de depilar, o cuando tus quehaceres diarios te impiden ir a la peluquería porque el tiempo te lo ha robado otro menester.
Las fotos de instantáneas, estáticas y perfectas, son solo eso: una estúpida e irreal utopía. No nos engañemos, un cuadro nos puede mostrar la belleza de un momento, de una realidad plasmada, o de una fantasía soñada, pero no nos llevamos siempre a cuestas “Las Meninas” de Velázquez, ni las representamos en público ni en privado, por mucho que nos guste esa maravillosa pintura.
Porque la realidad es bien distinta.
La Grandeza de la Belleza y Perfección en la convivencia y en el Amor, llega cuando tu pareja te ve tal cual eres, sin artificios y sin cuero que decore tu cuerpo, sin maquillaje que oculte tus defectillos, sin zapatos de tacón y sin ropa sexy que te haga más deseable.
La belleza de unas lágrimas que no están ocultas bajo ningún maquillaje; la belleza de un culo que no está oculto por unas braguitas de encaje sino por unas de algodón blancas y cómodas; la belleza de un cuerpo suave al tacto, aunque esté sudado porque acabas de fregar el suelo de tu casa; la belleza de unas velas que acompañan y disimulan, la cena hecha rápida y con pocos medios porque no te has acordado de comprar el ingrediente principal; la belleza, de unos azotes contundentes y dolorosísimos, dados sin previo aviso, mientras está la olla en el fuego y mientras ruegas que te perdone llorando, le pides que apague el fuego o se va a quemar la comida; la belleza de unos brazos alzados que limpian el polvo de la estantería mientras parecen gritar que desean abrazarte y EL se adelanta a tus deseos y lo hace; la belleza de un estornudo cuando estás resfriada y EL te limpia la saliva con ternura; la belleza de una camiseta “de estar por casa” que aún agujereada, le excita; la belleza de un recogido de pelo que te hace parecer una viejecita de ochenta años pero que bien mirado, te hace más autentica y atrevida ante sus ojos; la belleza de un “hoy me toca a mi bajar la basura” y al volver, EL te mira como si te acabase de conocer y te abraza fuertemente; la belleza de una mancha de tomate en tu comisura de la boca después de haber comido spaghetti y te la limpia, riendo de lo “desastre” que eres; la belleza de estar a punto de ser nalgueada y que llamen a la puerta y abrirla sin poder dejar de reír (porque la cotidianidad es lo que tiene) y encontrarte delante a tu vecino que te pide una cebolla; ¡ah! la Belleza…
¿Y la Belleza dulcemente extrema e inversa? Esta, llega cuando compruebas que tu Spanker es Humano, porque suda, ríe, acepta e intenta superar sus defectos, trabaja, se enoja, va al baño, se ilusiona como un niño, canta en la ducha, olvida la lista de la compra, rompe una camisa con el pomo de la puerta, se afeita, y olvida bajar la taza del váter… y aún así, es tu intransigente Spanker y acatas sus órdenes, sin un ápice de duda sobre su Dominio y Autoridad.
La Belleza no impuesta por cánones absurdos y protocolos irreales, y vivida, como medio, percepción y éxtasis en lo cotidiano, es lo que hace realmente, que cualquier persona y momento, puedan ser mágicos y tremendamente sexys… y que tu Spanker y a la vez pareja, te mire y sonría de orgullo, ya sea mirando tu culo recién azotado o a tu nariz roja por un resfriado.



PD: Este post lo escribo con un terrible resfriado  (¡en verano y casi finalizando las vacaciones!) porque mientras Severo me hace el caldito y cuida de mí, he reflexionado sobre la Belleza… la “autentica” Belleza.

Verita{S}

 

19/8/10

CASTIGO DE PRUEBA


El rebenque y sus efectos,
 Probando...probando


Viernes 13, Verita y yo nos disponemos a salir para pasear un poco, y… ¡sorpresa! En nuestro buzón de correo nos encontramos un aviso, un paquete de Argentina está listo para que lo recojamos en las oficinas del servicio postal. Lástima, ya es tarde, las oficinas no abren por la tarde en verano, lo recogeremos al día siguiente a primera hora.
Sábado14, nos dirigimos a las oficinas del servicio postal, yo con alegría y orgullo, alegre pues será la primera vez que pruebe este instrumento del que tanto y tan bien oí hablar, con orgullo pues es el premio que recibió mi adorada niña por su arte y buen hacer al escribir para el concurso de Aldea Sado, ¡cuántas emociones me regalas siempre vida mía!


  

Ella, sin embargo, estaba algo temerosa desde ayer, temerosa pues lo que oyó del rebenque… ¡bah!, exageraciones, pero… jeje, me encanta verla en ese estado de temor, es tan linda cuando de repente toma conciencia de lo que se le avecina… se deshace en abrazos y mimos, busca en mi consuelo y comprensión, en definitiva, que es una dulzura de niña tímida y temerosa.
Tras entregarnos el esperado paquete postal, mi impaciencia por verlo y sopesarlo me obliga a abrirlo en plena calle, se ve que es un instrumento muy bien confeccionado, es pesado y equilibrado, me gusta… se siente contundente y preciso, ese cuero… huele a gloria, pura artesanía, me deleito más aun viendo las caritas de vergüenza y estupor de mi Verita al tenerlo entre mis manos en plena calle jajaja.
Tras guardarlo en el bolso y desechar la caja, nos dirigimos como teníamos planeado al mercado de artesanías donde hacemos alguna compra y probamos productos realmente excelentes.
Regresamos a casa y al subir las escaleras, me deleito como siempre, mirando el trasero de mi niña y no me puedo contener, tomo el rebenque y le cae el primero de muchos más que vendrán. Me sorprendo gratamente, ya lo siento como una extensión de mi brazo, como si lo hubiese manejado desde pequeño, muy preciso, me GUSTA mucho.
Verita por el contrario se alarma y entra en un estado de vergüenza extrema, jaja, claro, no ayuda el hecho de que un vecino está bajando las escaleras en esos momentos, guardo el que a día de hoy se ha convertido en mi instrumento favorito y espero a estar en casa…
Llegamos al fin, acomodamos las compras y nos ponemos cómodos, y… a probar con cuidado,

pero mi instinto me decía adelante, sin temor, ya que mi Verita está muy bien entrenada y yo soy diestro y ducho sea el instrumento que sea y así lo hago, me empleo a fondo, mientras le caen los primeros azotes observo con gusto como estalla el rojo intenso en las nalgas de mi preciosa Verita,




azote tras azote se refleja el resultado en su piel, el sonido es peculiarmente seco y duro, además, desde el primer azote Vera se retuerce y grita como si fuese su primera vez… no esperaba tamaña contundencia, seguro, su rostro es un poema de dolor y sorpresa. Está sudando la gota gorda desde el primer minuto de nuestra… experiencia probatoria jaja jaja.
Aquí tienen los documentos gráficos de nuestra inauguración instrumental.

  


Y sube de tono...


Aun más y más...






   



9/8/10

TE CASTIGO, POR LO QUE HAS PENSADO





Así es, fui castigada, por lo que “supuestamente” estaba pensando.
Severo, tenía uno de esos días en los que sus gestos, mirada, tono de voz e inquisitivo modo de actuar, ya me hacía intuir que ese día “iban a sonar las campanas”…
Así que, después de unos comentarios sobre mi modo de expresión un tanto altanera para su gusto, decidí que más valía no arriesgarme más de lo necesario y callar… aunque “callar” no es lo mío cuando estoy nerviosa y ese día lo estaba especialmente, presagiando la tormenta.
Verme callada, es todo un espectáculo , así que Severo, divertido,  no hacía más que ponerme a prueba para ver si al final explotaba… y no lo hice ¡lo juro!... es decir, hablar, no hablé, pero reverlarme y contestar osada y descaradamente, sí lo hice… mentalmente, claro. Así que, mis pensamientos eran pura revolución dialectica y una guerra callada de improperios que hasta yo temblaba de terror imaginando la cara de mi Spanker si oyera esas palabras en mi boca.
Severo, me miró, estudió y adivinó… y con un tono duro como el acero, me ordenó dirigirme a la habitación y esperarlo en posición para recibir mi castigo.
Protesté con un torrente de palabras que hasta aquel instante había apresado y torturado para que no escaparan de mí, pero fue en vano… y ante mi última pregunta de “¿qué he hecho para ser castigada si estaba en silencio?” él contestó tranquilamente, con la frase que he comenzado este post: “te castigo por lo que has pensado”.
No me lo podía creer.
Así que, en ese momento, no fui del todo la Spankee que acata y obedece, porque mi ira podía más que mi obediencia y me comporté como una rebelde “con causa” sin dejar de moverme, protestar, quejarme, llorar, gritar…
Al acabar mi castigo, me dijo: “recuerda, Verita, que hasta tus pensamientos me pertenecen y  éstos, siempre, deben ser correctos”.
Ante tamaña frase, no pude dejar de sentirme como Winston Smith, protagonista de la novela “1984” (George Orwell) que luchaba para que no le controlaran la mente, pero que al final… bueno, quien haya leído la novela sabe como acaba… y quien lea este post, sabrá como acabé yo…


Verita {S}